sábado, 29 de junio de 2013

Reportaje sobre las filmaciones de 'Our Robot Overlords' por Belfast Telegraph

¡OK, Toma 27! 
En el set con Gillian Anderson

Por Edwin Gilson.
Junio 18 de 2013.




¿Así que pensabas que hacer películas era glamoroso? Lo mismo pensaba Edwin Gilson hasta que se reunió con la protagonista de The Fall y Sir Ben Kingsley en la cantera Co Antrim.


En lo que es un efectivo pueblo miseria,un grupo de niños aterrados y desaliñados se encuentran apiñados en la boca de una mina y en tiendas de campaña provisionales. El chillido desgarrador de buitres puede ser escuchado a sobrevuelo. Macetas rotas, asientos de automóviles y bañeras pueden verse esparcidos alrededor, mientras la lluvia martillea, convirtiendo el molesto lodo en fango peligroso.

Si Irlanda del Norte es el nuevo Hollywood, con seguridad no da esa sensación en este momento.

Entonces alguien grita "corte", y el humor cambia. Los teléfonos móviles son desplegados y los jóvenes que previamente estaban desesperados, se internan en conversaciones sobre exámenes de la escuela y sus dulces favoritos. Dos minutos más tarde, el vívido terror una vez más regresa a sus rostros.

Bienvenidos a Parkgate Quarry en Co Antrim, la locación post-apocalíptica de la nueva película de ciencia ficción sobre una invasión extraterrestre, Our Robot Overlords. Cada miembro del equipo, incluyendo el director nacido en Belfast Jon Wright (que estuvo a cargo de los sets de Grabbers en Irlanda el año pasado) está revestido con impermeables y botas de goma en defensa contra las atroces condiciones. La mayoría de los actores están apretujados en escondites claustrofóbicos, pero al menos se están manteniendo secos.

El sitio en forma de cuenca, que dejó de ser una cantera de trabajo hace mucho tiempo, ha servido de sede para numerosos episodios de Game Of Thrones recientemente.

En el centro del complejo hay un lago que será drenado dos días después de que el rodaje haya concluido para dar paso a la construcción de un castillo; y si el rumor difundido hoy por el jefe de locación Peter Murphy es fiable, el equipo de Game Of Thrones nuevamente es el responsable de esta radical transformación.

La tarea inicial de Murphy fue encontrar un lugar adecuado para crear el campo de refugiados imaginario del set, incluyendo baratijas cuidadosamente colocadas.

Su trabajo está completo con eficacia incluso antes de que los actores lleguen, lo que significa que no recibe mucho reconocimiento por parte del elenco. "Si alguien me necesita durante el rodaje", dice, "entonces no hice bien mi trabajo". Acantilados dentados, rodean la extensión del agua. En el clímax de la película, la estrella de Gandhi, Sir Ben Kingsley aparecerá en el punto más alto del banco, acompañado por una legión de robots de 20 pies de alto, para entrar en una batalla verbal con Gillian Anderson, que se está refugiando en la mina de abajo. Anderson continúa su aparente romance con Irlanda del Norte en el plano profesional, después de aparecer recientemente en el drama de BBC Two, The Fall, situado en Belfast.

La actriz nacida en Estados Unidos está agradecida por la "tremenda reacción en general" hacia el thriller, y responde elocuentemente a aquellos que lo acusan de desplegar un contenido de violencia gratuito y voyerista contra las mujeres. "¿Deberíamos dejar de explorar y exponer algunas de estas cosas, que realmente pasan en nuestro mundo, porque les tememos? Una de las características más importantes de la serie es que, no estamos simplemente viendo personas ser asesinadas al azar. Le estamos dando a la gente una visión de la vida de las víctimas, lo que no vemos con mucha frecuencia. Realmente llegas a interesarte por estas mujeres que están siendo asesinadas brutalmente, y al hacerlo, nos damos cuenta de que son seres humanos. Creo que la serie está teniendo un gran impacto en las personas porque sienten que son parte de ella". Sus escenas en Our Robot Overlords están siendo filmadas el día de hoy, inicialmente sin Kingsley y sus compinches mecánicos. Junto a los niños actores británicos, Ella Hunt (Les Miserables) y Milo Parker, además de un grupo de extras nativos harapientos, les grita desafiante a la amenaza invisible.

Esta sola escena de 30 segundos fue filmada cerca de 27 veces consecutivas, permitiéndole a Anderson apenas el tiempo suficiente entre tomas de ponerse un acolchado abrigo azul, escribir furiosamente en su teléfono inteligente para luego volver a entrar en personaje. En cierto momento, camina con dificultad fuera del set y se queda atrás en un gokart destartalado. Defenderte de un enemigo que en realidad no puedes ver debe ser un trabajo agotador. Pero como ella reconoce, sin embargo, "esto es parte de lo que se trata la actuación. Estoy bastante acostumbrada a estas alturas". A pesar de un presupuesto relativamente bajo, cerca de las 20 millones de libras, la película hace un uso intensivo de efectos especiales, lo que significa que los implacables invasores sólo llegarán mucho después, en el proceso de edición. Más tarde, cuando está de camino a tomar un vuelo de regreso a su casa en Londres, habiendo terminado sus escenas para la semana, Anderson luce optimista y prendada de las diferentes "locaciones fílmicas" de Irlanda del Norte (las filmaciones para Our Robot Overlords también tuvieron lugar en Belfast y Bangor) "El paisaje aquí es muy dramático", dice con entusiasmo. "Lo que es bueno para nosotros cuando estamos filmando, y obviamente para ustedes que viven aquí."

Incluso le ha gustado el clima errático: "¡Es una locura! Un minuto hace sol y al siguiente está lloviendo a cántaros. Puede ser frustrante para el equipo de filmación, pero hay algo muy atractivo en que no hayan palmeras y sol todo el tiempo". Como madre de tres hijos, la actriz de 44 años, está de acuerdo con la idea de que la inminente amenaza de los robots actúa como un símbolo de los temores naturales, aunque algo irracionales, que tienen los padres por la seguridad de sus hijos en la vida cotidiana. "Ese es en definitiva un elemento de identificación en la película", dice. "No importa cuál sea el riesgo, todos los padres alrededor del mundo siempre estarán preocupados por el bienestar de sus hijos. Cualquier padre estaría dispuesto a sacrificarse por sus hijos." La comprensión evidente de Anderson en la materia le permite relacionarse muy bien con Hunt y Parker. El trío bromea entre sí y se dan palmadas en la espalda en los momentos de inactividad. En una toma la ex estrella de The X-Files incluso eleva su dedo medio al aire y le dice a Robin Smythe, el "manipulador" personaje de Kingsley, que básicamente se vaya al diablo, provocando las risas de los dos jóvenes.

Sin embargo, algunos de los miembros del equipo de producción que se encuentran observando se ven un poco preocupados: "Sí, vamos a tener que cortar eso", remarca un sujeto que mira en las cámaras. Más de este comportamiento aparentemente no programado y el estatus de la película de "diversión en familia" podría estar en peligro... Que sea para la familia, dice el productor Piers Tempest, es el corazón de esta película. El amable inglés está bajo órdenes estrictas de no revelar demasiado de la trama (dado que la película se estrenará el próximo verano), aparte de que Kate, el personaje de Anderson, y su pandilla de niños afligidos deben defenderse contra los robots gigantes, que lo controlan todo. Aunque Our Robot Overlords, cuente con un equipo de efectos especiales que previamente trabajó en Iron Man y en la última entrega de James Bond, Skyfall, el guión aparentemente pone mayor énfasis en la rentabilidad. Tempest y Compañía estaban dispuestos a alejarse de éxitos de taquilla poco realistas como Transformers y hacer algo que, en cierta medida, está basado en la vida familiar. La pregunta de los productores era: "¿Por qué los extraterrestres siempre aterrizan en parques de casas móviles en lo profundo del sur de América? ¿Por qué no aquí?"

Una cantera abandonada sin duda es un territorio extraño para Sir Ben Kingsley, cuyo arribo al set ha sido pospuesto debido a otro aguacero repentino. Sin embargo, sólo me concedieron un máximo de diez minutos con el ganador del Globo de Oro. Luciendo como un perro empapado, me aventuro a su tráiler, con la advertencia del equipo, parte en broma, parte en serio, zumbando en mis oídos: "Le es muy valioso que se refieran a él como 'Sir'". Después de un cordial saludo, al instante las cosas dan un giro hacia lo peor, al categorizar su personaje en Our Robot Overlords como un "villano de pantomima". Sus grandes e intensos ojos se fijan en mí, y responde con un veneno controlado. "Es evidente que has venido aquí con una agenda", acusa. "Quiero decir, ¿en serio? Ese es un comienzo terrible. Lo estás juzgando y aplastando dentro de una narrativa que simplemente no existe. Mi personaje en esta película es pragmático, es un sobreviviente". Su personaje en las pantallas, Robin Smythe, elige estar de lado de los destructivos robots en un tiempo de crisis, una decisión cobarde con la que Kingsley simpatiza porque, según señala, tenemos muy poca experiencia siendo invadidos de repente.

"Mira, no sabemos cómo reaccionaríamos si nuestro país fuera ocupado por fuerzas extranjeras, por lo que es difícil juzgarlo. Estamos llenos de estos principios y lealtades, pero en última instancia, o bien comes o no lo haces. Mucha gente tiene que comprometerse. Mi personaje simplemente se está uniendo a lo que cree que es el futuro". Contemplar la "muy ambiciosa" industria cinematográfica de Ulster lo anima considerablemente. Dice que Northern Ireland Screen, la agencia que ayuda con los fondos de Queen's Theatre, Belfast Film Festival y que parcialmente se encuentra pagando Our Robot Overlords, se está "esforzando verdaderamente". Y añade: "Aquí tienes una industria que está decidida a trabajar, por lo que es un buen lugar en el que estar. Nadie es perezoso, nadie da nada por sentado, hay mucho entusiasmo. Realmente quieren hacer que funcione y hay una gran energía en torno a ello. Adentrándose en el creciente impacto de CGI en el negocio del cine, Kingsley muestra una sorprendente falta de arrepentimiento y una voluntad de avanzar al paso de los tiempos. Se puede esperar que un actor de la vieja escuela, que ha realizado papeles tan de alto perfil como Gandhi y Otto Frank, esté completamente en contra del concepto de los efectos especiales. Pero de hecho, afirma haber encontrado una manera de navegar en esta nueva y potencial era desorientadora en su favor. "Soy un actor reactivo que ama trabajar con otros actores, pero ahora todo es CGI", dice.

"Creo que se trata de ser minimalista. Haces lo menos posible y el público de encarga de hacer una gran parte del trabajo por ti. Mi actuación es tan sutil y mínima, que el público se convertirá en mi narrador. El peligro con los efectos especiales es que el actor podría estar tentado a sobre compensar porque no nada allí. Lo que tienes que hacer entonces, es no explicarle la escena al espectador, sino contarle la historia". Visiblemente cambiando de humor, mientras que afuera continua el aguacero, el actor de 69 años (quien, de cerca, realmente parece 20 años más joven) sigue reflexionando sobre el avance de la tecnología: "Llegaron a la Luna con menos de lo que hay ahí (señalando su Smartphone), lo que es extraordinario. Ha habido numerosas películas recientemente en donde una inteligencia artificial toma el poder, y creo que esa es una reacción a la rapidez con que las cosas avanzan en ese sentido."

Su coestrella Anderson, se ríe por no entender "la diferencia  entre 3G y Wi-Fi" y sobre "apenas haberse convertido en parte del mundo de Twitter" También comenta que a menudo la "altera el tema acerca del acceso a la información y la seguridad de la información. No podemos mantener un control. Incluso con teléfonos y computadoras, las cosas que antes pensábamos que estaban seguras, nos estamos enterando ahora de que la gente también puede invadir esa privacidad. Cuando todo se mueve a esa estratósfera se pierde la ilusión de control. Me parece un poco inquietante. Siento que estoy perdiendo el control". Ya vimos que se relaciona con facilidad con los actores jóvenes; Sin embargo, ¿qué hay de Kingsley? ¿Su mera presencia alguna vez ha intimidado a sus jóvenes contrapartes de pantalla?

"No, no lo creo. Me he dado cuenta que hay algo muy interesante sobre la naturaleza de los niños actores", replica. "Su honestidad y su falta de juicios. No me gustaría que me envejecieran o acorralarlos en una esquina o tratarlos de forma diferente, así que en mi mente no hay ningún ajuste por hacer. Después de expresar que posee "recuerdos completos" cuando reflexiona sobre los personajes que ha interpretado en su carrera, dice: "Soy capaz de recordar la experiencia de interpretar un personaje y la forma en que se sentía químicamente. Para mí, cada personaje es como un sabor diferente en la boca, así es como los defino. Y sí, algunos personajes se adhieren dentro de mi caja torácica más que otros, pero todos tienen un lugar en mi corazón". De regreso con la película en la que actualmente está involucrado, Kingsley admite no haber entendido del todo el mensaje principal o el significado de Our Robot Overlords, habiendo estado en filmaciones solamente por un par de días, pero nos ofrece este resumen: "Los robots no poseen empatía, por lo tanto no tienen sentimientos de culpa o de compasión y no se puede razonar o racionalizar con ellos. Por lo que existe este rostro en blanco del enemigo, en lugar de algo que se pueda entender, lo que es muy alarmante. Creo que será una película muy agradable, y a su vez muy conmovedora". Y una vez más regresa a la idea que parece fascinarle: "Y, por supuesto, se basa en el terrible dilema de estar bajo ocupación, de lo que no sabemos absolutamente nada". Con eso, se agota mi tiempo en el tráiler. Hay un momento incómodo en que no puedo abrir la puerta, con Kingsley bramando desde adentro: "¡Ja!¡Es una trampa!" Y luego, más amablemente, "sólo tira la manija y luego empújala hacia atrás."

De regreso en el corazón de la cantera, la hora del almuerzo se ha terminado para Anderson y compañía. Se dirigen hacia el mismo lugar para filmar la escena de la mina por enésima vez, ilustrando cuán poco glamour se ha requerido para hacer la película hasta ahora. Hay una confianza tranquilizadora en el equipo de producción, sin embargo, de que Our Robot Overlords, se convertirá en un éxito de taquilla, y están contentos con su decisión de venir a esta remota parte de Irlanda del Norte en lugar de utilizar un estudio sin rostro. Que estrellas como Anderson y Kingsley estén dispuestos a prestar su considerable talento y energía al proyecto y que Northern Ireland Screen esté dispuesta a inyectar presupuesto en este tipo de esfuerzos, sólo puede ser tomado como un buena señal. Puede que todavía no sea el nuevo Hollywood, pero el futuro de la industria del cine de Ulster luce ciertamente brillante. 


Nota: Para seguir de cerca el desarrollo de las filmaciones de Our Robot Overlords, asegúrense de seguir su cuenta oficial en Twitter: @Robot_Overlords.



Articulo Original: Belfast Telegraph.
Traduccion: EGA.

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