lunes, 15 de noviembre de 2010

Psychologies Magazine - Entrevista a Gillian Anderson



Gillian Anderson
"Dejo ir las cosas que no puedo controlar"

Por Rosamund Witcher.


Madre, actriz, rebelde y entusiasta del chilli-chocolate, Gillian Anderson explica por qué, al final, ha alcanzado un punto en su vida donde puede relajarse.

Cuando Gillian Anderson tenía 24 años estaba ocupada labrándose una exitosa carrera como actriz de teatro. Luego un guión para un nuevo drama sobrenatural sobre conspiraciones aterrizó en su regazo. Después de haber jurado que nunca haría un programa de televisión, se enamoró de la escéptica agente del FBI, Dana Scully y tomó el papel, esperando que solo durara unos cuantos episodios. The X-Files despegó de una forma que nadie podría haber imaginado, catapultando a Anderson y a su co-protagonista David Duchovny a la fama mundial. Hubieron premios, adulación y elogios como "La mujer más sexy".

El enorme éxito del programa causó un frenesí mediático en los tabloides, con exposiciones que alegaban que Anderson había sido una adolescente sin reglas, con la nariz perforada y el cabello brillantemente coloreado. Fue votada como "La que más probabilidades tenía de ser arrestada" en la secundaria. Cuando nos conocimos, se veía con el rostro fresco y el cabello rubio-fresa flotando libremente sobre sus hombros. No quiere hablar sobre su rebelión adolescente, descartando las historias como "aburridas". Ahora, dice no tener ningún vicio. "Aunque tuve muchos, muchos, muchos en el pasado", ríe. Aprieta sus labios, y entonces, de repente recuerda. "Tengo un vicio: chilli-chocolate del South Devon Chilli Farm". "Tienes que probarlos" dice, buscando en su bolso de mano y sacando algunos. Son de hecho, deliciosos y un vicio apropiado para una mujer nacida en los Estados Unidos que se ha enamorado de todas las cosas británicas, incluyendo a su compañero, el empresario Mark Griffiths. La pareja vive en Londres con sus hijos: Oscar y Félix y la hija de Anderson, Piper, de su primer matrimonio. Por primera vez, la actriz de 42 años dice sentirse completamente relajada sobre la vida.

¿Cuánto tiempo hace que vives en Londres?

Ocho años, pero también viví aqui desde los 2 a los 11 años de edad. Creo que eso arraigó cierto nivel de "Britanicidad" en mi sistema, ya que este país se siente más como mi hogar que cualquier otro. Mi familia y mis amigos más antiguos están en America, pero tengo un maravilloso grupo de nuevos amigos aquí, o de amigos de la última década, más bien. Dios, eso me hace sonar vieja!

¿Cómo formó tu carácter el hecho de crecer en dos países distintos?

Fui objeto de muchas bromas en la escuela de Londres. Era pálida, rellenita y todos los niños se referían a mis padres como yankis. Luego visitamos a mi familia en los Estados Unidos y todo era rayos de sol y caramelos, así que tuvo un tinte mágico. Yo quería mudarme de regreso, pero cuando lo hicimos, no fue así en absoluto. Nos mudamos a Michigan, lejos de cualquier familiar y eso tuvo un impacto en mi. No sabía a dónde pertenecía, no fue hasta mis 20’s que me enamoré de Londres otra vez.

Hablemos de Any Human Heart, la adaptación de Channel 4 del libro de William Boyd.

Interpreté a Wallis Simpson, lo cual fue fantástico. Había rehuido interpretar personajes de la vida real, porque las expectativas son muy altas. Pero ella tenía una vida tan interesante y me encantó trabajar con Matthew (Macfadyen) y Tom Hollander, que es un amigo. Kim Cattrall fue encantadora también, aún nos mantenemos en contacto. También vivió en el Reino Unido cuando era niña y estaba ensayando para una producción teatral sobre Cleopatra, así que fue agradable hablar sobre el teatro.

¿Tienes planes para hacer más teatro?

Ningún plan sólido en este momento. Amo el teatro, pero me aterra.

¿En el buen sentido?

Últimamente, es un terror positivo, pero cuando firmo para una obra, siempre pienso que debo estar loca. Lo mismo sucede con una película. El primer día, pienso que soy terrible, ¿por qué me contrataron? Luego, lentamente, empiezo a sentir que estoy armando algo que tiene sentido y mi confianza crece.

¿Qué tan ambiciosa eres?

Tengo ondas de proactividad, donde enciendo fuego bajo la gente. No estoy segura si lo llamaría ambición, sin embargo. No soy siquiera una madre enormemente ambiciosa, pero me he vuelto más espontanea en los últimos años. Mi hija y yo exploramos mucho Londres: vecindarios, galerías, museos. Nos levantamos a las 8 de la mañana el día de ayer y fuimos al puente Millennium, corrimos alrededor y tomamos un café. Ella tiene 16 años y cuando fui madre por primera vez, no podía ser espontanea porque estuve encerrada en una serie durante mucho tiempo.

¿Cómo te sientes con la idea de envejecer?

Lo espero con interés. He disfrutado de la calma que en mi mente ha tenido lugar. Siempre hubo una parte de mí esperando a que todo se sintiera menos intenso. En mi cabeza, mis 20's y mis 30's fueron muy intensos. Ser madre de dos niños pequeños en la actualidad es una experiencia muy diferente de cuando fui madre por primera vez, en mis 20’s. Aprecio más el proceso de crianza de los niños y en lo satisfactorio que puede ser participar en los viajes de tus hijos.

¿Qué es lo más importante que quisieras transmitirles a tus hijos?

Diría que un fuerte sentido de sí mismos. Que tengan, un fuerte sentido de autoestima, no arrogancia, para que puedan pensar en los demás y no solo en sí mismos. No es muy frecuente conocer a un adolescente que está realmente presente, no enviando mensajes de texto todo el tiempo, sino que pueda sentarse con otra persona y preguntarle como se encuentra. Participar en una conversación porque tiene una apreciación por el otro ser humano. Esa es una señal de un niño que va creciendo bien rodeado. No tengo idea si la forma en la que estoy criando a mi hijos los llevará a ser así, pero espero que sí.

¿Puedes ver similitudes en la relación que llevas con tu hija a la que tenías con tu madre?

Mi relación, en este momento, con mi hija es muy buena. Estoy completamente consciente de que puede cambiar en cualquier momento, pero pienso que lo hemos hecho bien, somos muy cercanas. Discutimos mucho la una con la otra. Mi relación con mi madre mejoró más adelante en la vida. Cuando era pequeña, era propensa a salirme de casa. No compartía muchas de mis experiencias con ninguno de mis padres, probablemente tratando de protegerlos.

¿Crees que te casarás de nuevo?

No está en las cartas en este momento. Mi relación no pide nada, y si no está roto, entonces no lo arregles. Pero ya veremos, las cosas cambian.

El “Dossier” de este mes es sobre la confianza ¿qué tan segura te sientes en tu vida personal y profesional?

Viene en oleadas. Hay ocasiones en que me siento muy sobresaliente y otras en que me siento mucho menos segura. Han habido distintas etapas en la vida con grandes versiones de eso. Sobre todo, creo que los tiempos difíciles vienen como oportunidades para reevaluar las cosas y en general, he logrado salir de ellos más fuerte. A veces sólo se necesita un simple cambio de actitud o de estilo de vida. Un nuevo régimen de ejercicios puede ser suficiente para empezar a sentirse mejor consigo mismo. O exponerte a las cosas que te hacen feliz: ya sea ir al museo una vez por semana porque te retroalimentas del arte, o suscribirte a una revista que hace trabajar tu cerebro.

Entonces, ¿es un caso sobre la identificación de tus propias necesidades?

Exactamente, y a veces te das cuenta de que ya no sabes lo que necesitas en realidad, especialmente si tienes niños, es fácil atorarse en rituales diarios. Se pierde el sentido de quién se era antes de eso. Pero es importante encontrar aquello que te hace feliz y hacer un compromiso de hacerlo. Si siempre has querido dibujar ¿por qué no tomas clases sobre eso? Hay tantas posibilidades.

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

Es un concepto muy simple: el hecho de que puedes decidir vivir la vida un minuto a la vez. Nos preocupamos demasiado por el futuro, pensando en el “¿qué pasaría si…?” Entonces, lo que sucede es que terminas no estando ahí para las personas en frente tuyo: tu pareja, tus hijos, tus amigos, tu jefe o quien sea. He aprendido a dejar ir las cosas que no puedo controlar. Simplemente las dejo a un lado y me enfoco en lo que está en frente mío. El concepto en sí, es muy liberador.






Traducción: EGA.
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