Finalmente fue publicada la entrevista que Gillian concedió para la edición 02-08 de abril de 2011 de la revista Radio Times, como parte de las promociones para la miniserie The Crimson Petal and The White, a estrenarse el próximo miércoles 06 de abril, a las 9:00 p.m. por la BBC2. Su traducción es la que sigue:
Entrevista con Radio Times.
Por Andrew Duncan.
Es una fría, húmeda y temprana mañana en “Blue Monday”, en el supuestamente día más deprimente del año, en un estudio fotográfico ubicado en un callejón sin salida junto a un decrépito garaje en Dalson, al este de Londres, y estoy a la espera de la llegada de la mujer de cinco pies y tres pulgadas, dos veces casada, madre de tres, y una vez actriz de fama mundial, cuya conversación ha sido comparada con “luchar con un cocodrilo”. ¡Oh Dios!. Ella también posó en prendas íntimas para una revista para hombres, fue votada como la mujer más sexy del mundo, consiguió una nominación a los Premios Olivier por su interpretación de Nora en la obra de Ibsen; A Doll’s House, y una nominación a Premios Bafta por su papel como Lady Dedlock en la dramatización del 2005 de la BBC; Bleak House.
Gillian Anderson llega desde su casa, ubicada al oeste de Londres justo a tiempo, alegre, profesional y, me atrevo a decir, encantadora y relajada. Ahora tiene 42 años, ha estado en terapia desde que tenía catorce, “pero todo el mundo habla sobre eso, así que no lo hagamos” y está de acuerdo en que es una obsesa del control. “Pero estoy mejorando, estoy dejando que la vida se desarrolle y estoy practicando espontaneidad. Podría fácilmente saltar en un avión esta misma tarde e ir a alguna parte. Ya no me preocupo por el futuro, pero hubo un momento el año pasado en que desperté y me di cuenta por primera vez que me estaba poniendo vieja. Siento que cualquier cosa que suceda, buena o mala, lo sabré manejar. Un par de cosas están pasando en este momento de las que no puedo hablar… esos desafíos que les hacen visitas a todo el mundo, y creo que es importante estar conectada a tierra.”
Eso no era fácil en 1993, cuando fue elegida para interpretar a la Agente Dana Scully en The X-Files, programa de ciencia ficción sobre asesinos seriales comedores de hígado, vampiros, alienígenas, que para su sorpresa se convirtió en un éxito mundial durante nueve años. “El éxito es una bendición y una maldición. Yo tenía 24 años cuando comenzó y ni siquiera podía salir a mi puerta sin ser fotografiada. Por la gracia de Dios ya no tengo que experimentar eso hoy en día, pero honestamente no sé cómo las celebridades se sientan y confían lo suficiente como para mantener una entrevista civilizada. Muchas veces he pensado, 'Qué persona tan encantadora' y luego escriben algo desagradable. Tienes que ser muy cuidadoso con lo que sale de tu boca. Así que, tiendo a ser aburrida y a no expresar nada acerca de mí que pueda ser malinterpretado. Insisto en que nunca voy hacer nada relacionado con una entrevista. Y luego lo hago. Lo siento, me fui por la tangente.”
No te preocupes, le digo. No mencionaré que eres una actriz poco formal y precipitada que no puede mantenerse en la línea de la conversación. Ella se ríe, pero es lo suficientemente cándida como para soltar tópicos aburridos sobre “el trabajo”. “Es extraño”, admite. “Te enfocas con fuerza en un trabajo, hasta que se hace sacrosanto y luego tienes que explicarlo en tres días de absurda publicidad. Necesitas sentido del humor. Los actores son un blanco fácil. Cualquier cosa que digas puede ser visto como pretencioso.”
Hablemos de algo fácil entonces, sobre The Crimson Petal and The White, un drama de cuatro partes que surge de la novela épica, de 864 páginas de Michel Faber, críticamente elogiada en el 2002, que se desarrolla en el Londres de 1870 y explora el oscuro mundo de la sexualidad victoriana. Es un thriller psicológico en el que Anderson interpreta a la dueña de un burdel, Mrs Castaway, la madam de Sugar (interpretada por Romola Garai), una joven y experta prostituta que mantiene una relación con un adinerado hombre de negocios (Chris O’Dowd) que luego entra en la sociedad londinense.
“Aprendí mucho de la novela. Tenía una fuerte idea visual de cómo Mrs Castaway debería verse y me divertí muchísimo construyendo sus características en un nivel físico, desde las discusiones. Ella lleva esta capa aterciopelada de color rojo oscuro que se sujeta en el medio con baratijas. He interpretado a mujeres monstruosas, ‘arpías’ a falta de una mejor palabra, pero esta es la primera que realmente se ajusta a esa definición. Quizás sea porque es una época distinta y ella tiene tal complejidad que le permite ser compasiva también.”
“Quiero que mi carrera sea más interesante. Estoy un poco atorada en una caja de cartón y lucho duro por salir. A veces me siento frustrada y pienso en tirar la toalla cuando siento que estoy haciendo grandes botes de basura. Todas las cosas interesantes que me ofrecen provienen de Gran Bretaña. Tienen una comprensión más amplia de mi capacidad. No saben qué hacer conmigo en Estados Unidos porque no se dan cuenta que soy una actriz de carácter. No se imaginaron ni por un segundo que podría interpretar a Wallis Simpson (como lo hizo en Any Human Heart del Channel 4, el año pasado) o Mrs Castaway."
"Probablemente sería más ambiciosa si viviera en Los Angeles, pero ese no mi lugar en realidad. He pensado en hacer otra serie de televisión, algo con humor negro. Puedo ser buena en la comedia. Hice Boogie Woogie (una comedia sobre el mundo del arte de Londres, del año 2009), la que no vio mucho la luz del día, e hice Johnny English Reborn (a estrenarse más adelante este año) porque quería trabajar con Rowan Atkinson”. Hablamos sobre comedia. “¿Sabes quién es Joan Rivers? Encuentro su sentido del humor mal intencionado. Continuemos.”
Ella nació en Chicago pero desde los dos años de edad a los once vivió en Crouch End, al norte de Londres, mientras su padre estudiaba en la Escuela de Cine de Londres y su madre trabajaba como analista de sistemas en los Bancos Lloyd. Cuando regresaron a los Estados Unidos, a Grand Rapids en Michigan, tuvieron dos hijos más. “Yo era increíblemente celosa. Necesitaba expresarme”. Así que, a los catorce puso un arete en su nariz y un novio punk en su cama, y tiñó su cabello de color rojo. “Era bastante salvaje, promiscua y bebía demasiado. Fui afortunada al poder salir del otro lado."
Su ambición original era convertirse en bióloga marina, pero decidió estudiar teatro en Chicago antes de ir a trabajar a Nueva York fuera de Broadway, donde ganó un premio a la mejor actriz en la obra de Alan Ayckbourn, Absent Friends. Le ofrecieron el papel de Scully en The X-Files del creador Chris Carter en contra de los deseos de la compañía, quienes querían una rubia de pechos grandes. “Esa era la única forma que ellos conocían de hacer televisión, pero yo no soy una tonta, así que dije; tómenlo o déjenlo. Nadie esperaba que The X-Files fuera popular."
Cuando nos conocimos por primera vez hace quince años, ella acababa de ser votada como “La Mujer Más Sexy del Mundo” por la revista FHM. “Estaba desconcertada”, dice riendo. “Interpretaba un personaje que me parecía desaliñado. Entonces, quedé embarazada (de su hija Piper, que ahora tiene dieciséis años, con Clyde Klotz, asistente del director de arte de The X-Files) así que también estaba subida de peso. Más tarde conseguimos un nuevo estilista que insistía, 'Cariño, tenemos que cambiar tu cabello'. Ella nos hizo más contemporáneos y quitó de nosotros el poliéster rosa. No se me ocurrió en ese momento, pero eso dató el programa y le añadió un extraño culto .”
Luego ella se convertiría en una advertencia para las aspirantes a actrices. “FHM, una revista de la que nunca había oído antes, me tomó fotos: hicimos las del traje de goma, y las del encaje negro. El fotógrafo tenía muchas fotografías de grandes representantes del jazz para un libro que estaba haciendo y pensé que era un verdadero artista. Él me pidió que posara en una cama y como yo era joven lo hice. No pensé que fuera a tener algún impacto. Todavía soy muy ingenua. Te dejaré el cinismo a ti”.
Obviamente, es romántica. Después de que su primer matrimonio se disolviera se casó con el periodista Julian Ozanne, en el 2004. Se divorciaron dos años después y pronto quedó embarazada de Mark Griffiths, un hombre de negocios, con el que ahora tiene dos niños. “No sé si soy material malo para el matrimonio. He pensado en ello. Soy el común denominador en dos divorcios. Mi relación actual parece tener la forma que debería tener. Una parte de mi se preocupa de que si nos casamos un interruptor se encenderá dentro de mí y diré, ‘Ah, estoy atrapada. Tengo que salir’.”
Después de The X-Files dice que fue un poco snob sobre la televisión y quiso regresar a los teatros, que es una de las razones por las que actualmente vive en Londres. “No miro mucha televisión. Grabo algunos programas y los apilo en una maleta de DVD’s que llevo dondequiera que voy. Es triste, pero los veo cuando decido que es el momento… podrían ser tres años a partir de ahora. Constantemente pienso en hacer más teatro, especialmente cuando veo una buena obra. Tengo un par de ideas, pero me gusta esperar dos años entre cada obra porque es todo lo que puedo manejar. Tengo que aplacar mi miedo. Me parece absolutamente aterrador, tengo ataques de pánico, y me pregunto ¿por qué diablos lo estoy haciendo?. No puedo evitarlo; el pánico persiste sobre mi hombro.”
Entonces, ¿por qué sufrir?. “Porque no hay nada como eso. Puedo caminar en un escenario y sentirme tan emocional que empiezo a llorar. No sé el por qué. No es ego. Se siente como su antítesis. El ego es aplastado todo el tiempo, pero nunca me ha preocupado lo que las personas piensen de mí. Bueno, no creo que tenga que hacerlo.”
Traducción: EGA.
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