¡OK, Toma 27!
En el set con Gillian Anderson
En el set con Gillian Anderson
Por Edwin Gilson.
Junio 18 de 2013.
¿Así que pensabas
que hacer películas era glamoroso? Lo mismo pensaba Edwin Gilson hasta que se reunió
con la protagonista de The Fall y Sir Ben Kingsley en la cantera Co Antrim.
En lo que es un
efectivo pueblo miseria,un grupo de niños aterrados y desaliñados se encuentran
apiñados en la boca de una mina y en tiendas de campaña provisionales. El chillido desgarrador de buitres puede ser escuchado
a sobrevuelo. Macetas rotas, asientos de automóviles y bañeras pueden verse
esparcidos alrededor, mientras la lluvia martillea, convirtiendo el molesto
lodo en fango peligroso.
Si Irlanda del
Norte es el nuevo Hollywood, con seguridad no da esa sensación en este momento.
Entonces alguien
grita "corte", y el humor cambia. Los teléfonos móviles son desplegados y los
jóvenes que previamente estaban desesperados, se internan en conversaciones
sobre exámenes de la escuela y sus dulces favoritos. Dos minutos más tarde, el
vívido terror una vez más regresa a sus rostros.
Bienvenidos a
Parkgate Quarry en Co Antrim, la locación post-apocalíptica de la nueva
película de ciencia ficción sobre una invasión extraterrestre, Our Robot
Overlords. Cada miembro del equipo, incluyendo el director nacido en Belfast
Jon Wright (que estuvo a cargo de los sets de Grabbers en Irlanda el año
pasado) está revestido con impermeables y botas de goma en defensa contra las atroces
condiciones. La mayoría de los actores están apretujados en escondites claustrofóbicos,
pero al menos se están manteniendo secos.
El sitio en forma
de cuenca, que dejó de ser una cantera de trabajo hace mucho tiempo, ha servido
de sede para numerosos episodios de Game Of Thrones recientemente.
En el centro del
complejo hay un lago que será drenado dos días después de que el rodaje haya
concluido para dar paso a la construcción de un castillo; y si el rumor
difundido hoy por el jefe de locación Peter Murphy es fiable, el equipo de Game
Of Thrones nuevamente es el responsable de esta radical transformación.
La tarea inicial
de Murphy fue encontrar un lugar adecuado para crear el campo de refugiados
imaginario del set, incluyendo baratijas cuidadosamente colocadas.
Su trabajo está
completo con eficacia incluso antes de que los actores lleguen, lo
que significa que no recibe mucho reconocimiento por parte del elenco. "Si
alguien me necesita durante el rodaje", dice, "entonces no hice bien mi
trabajo". Acantilados dentados, rodean la extensión del
agua. En el clímax de la película, la estrella de Gandhi, Sir Ben Kingsley
aparecerá en el punto más alto del banco, acompañado por una legión de robots
de 20 pies de alto, para entrar en una batalla verbal con Gillian Anderson, que
se está refugiando en la mina de abajo. Anderson continúa su aparente romance
con Irlanda del Norte en el plano profesional, después de aparecer
recientemente en el drama de BBC Two, The Fall, situado en Belfast.
La actriz nacida
en Estados Unidos está agradecida por la "tremenda reacción en general" hacia
el thriller, y responde elocuentemente a aquellos que lo acusan de desplegar un
contenido de violencia gratuito y voyerista contra las mujeres. "¿Deberíamos dejar
de explorar y exponer algunas de estas cosas, que realmente pasan en nuestro
mundo, porque les tememos? Una de las características más importantes de la
serie es que, no estamos simplemente viendo personas ser asesinadas al azar. Le
estamos dando a la gente una visión de la vida de las víctimas, lo que no vemos
con mucha frecuencia. Realmente llegas a interesarte por estas mujeres que están
siendo asesinadas brutalmente, y al hacerlo, nos damos cuenta de que son seres
humanos. Creo que la serie está teniendo un gran impacto en las personas porque
sienten que son parte de ella". Sus escenas en Our Robot Overlords están siendo
filmadas el día de hoy, inicialmente sin Kingsley y sus compinches mecánicos.
Junto a los niños actores británicos, Ella Hunt (Les Miserables) y Milo Parker,
además de un grupo de extras nativos harapientos, les grita desafiante a la
amenaza invisible.
Esta sola escena
de 30 segundos fue filmada cerca de 27 veces consecutivas, permitiéndole a
Anderson apenas el tiempo suficiente entre tomas de ponerse un acolchado abrigo
azul, escribir furiosamente en su teléfono inteligente para luego volver a entrar
en personaje. En cierto momento, camina con dificultad fuera del
set y se queda atrás en un gokart destartalado. Defenderte de un enemigo que en realidad no puedes ver debe ser un trabajo
agotador. Pero como ella reconoce, sin embargo, "esto es parte de lo que se trata
la actuación. Estoy bastante acostumbrada a estas alturas". A pesar de un
presupuesto relativamente bajo, cerca de las 20 millones de libras, la película
hace un uso intensivo de efectos especiales, lo que significa que los
implacables invasores sólo llegarán mucho después, en el proceso de edición.
Más tarde, cuando está de camino a tomar un vuelo de regreso a su casa en
Londres, habiendo terminado sus escenas para la semana, Anderson luce
optimista y prendada de las diferentes "locaciones fílmicas" de Irlanda
del Norte (las filmaciones para Our Robot Overlords también tuvieron lugar en
Belfast y Bangor) "El paisaje aquí es muy dramático", dice con entusiasmo. "Lo
que es bueno para nosotros cuando estamos filmando, y obviamente para ustedes
que viven aquí."
Incluso le ha
gustado el clima errático: "¡Es una locura! Un minuto hace sol y al siguiente
está lloviendo a cántaros. Puede ser frustrante para el equipo de filmación,
pero hay algo muy atractivo en que no hayan palmeras y sol todo el tiempo".
Como madre de tres hijos, la actriz de 44 años, está de acuerdo con la idea de
que la inminente amenaza de los robots actúa como un símbolo de los temores
naturales, aunque algo irracionales, que tienen los padres por la seguridad de
sus hijos en la vida cotidiana. "Ese es en definitiva un elemento de
identificación en la película", dice. "No importa cuál sea el riesgo, todos los
padres alrededor del mundo siempre estarán preocupados por el bienestar de sus
hijos. Cualquier padre estaría dispuesto a sacrificarse por sus hijos." La
comprensión evidente de Anderson en la materia le permite relacionarse muy bien
con Hunt y Parker. El trío bromea entre sí y se dan palmadas en la espalda en
los momentos de inactividad. En una toma la ex estrella de The X-Files incluso
eleva su dedo medio al aire y le dice a Robin Smythe, el "manipulador" personaje de Kingsley, que básicamente se vaya al diablo, provocando las risas
de los dos jóvenes.
Sin embargo,
algunos de los miembros del equipo de producción que se encuentran observando
se ven un poco preocupados: "Sí, vamos a tener que cortar eso", remarca un
sujeto que mira en las cámaras. Más de este comportamiento aparentemente no
programado y el estatus de la película de "diversión en familia" podría estar
en peligro... Que sea para la familia, dice el productor Piers Tempest, es el
corazón de esta película. El amable inglés está bajo órdenes estrictas de no
revelar demasiado de la trama (dado que la película se estrenará el próximo
verano), aparte de que Kate, el personaje de Anderson, y su pandilla de niños afligidos deben defenderse contra los robots gigantes, que lo
controlan todo. Aunque Our Robot Overlords, cuente con un equipo de efectos
especiales que previamente trabajó en Iron Man y en la última entrega de James
Bond, Skyfall, el guión aparentemente pone mayor énfasis en la rentabilidad. Tempest
y Compañía estaban dispuestos a alejarse de éxitos de taquilla poco realistas
como Transformers y hacer algo que, en cierta medida, está basado en la vida
familiar. La pregunta de los productores era: "¿Por qué los extraterrestres
siempre aterrizan en parques de casas móviles en lo profundo del sur
de América? ¿Por qué no aquí?"
Una cantera
abandonada sin duda es un territorio extraño para Sir Ben Kingsley, cuyo arribo
al set ha sido pospuesto debido a otro aguacero repentino. Sin embargo, sólo me
concedieron un máximo de diez minutos con el ganador del Globo de Oro. Luciendo
como un perro empapado, me aventuro a su tráiler, con la advertencia del
equipo, parte en broma, parte en serio, zumbando en mis oídos: "Le es muy
valioso que se refieran a él como 'Sir'". Después de un cordial saludo, al
instante las cosas dan un giro hacia lo peor, al categorizar su personaje en
Our Robot Overlords como un "villano de pantomima". Sus grandes e intensos ojos
se fijan en mí, y responde con un veneno controlado. "Es evidente que has
venido aquí con una agenda", acusa. "Quiero decir, ¿en serio? Ese es un
comienzo terrible. Lo estás juzgando y aplastando dentro de una narrativa que
simplemente no existe. Mi personaje en esta película es pragmático, es un
sobreviviente". Su personaje en las pantallas, Robin Smythe, elige estar de
lado de los destructivos robots en un tiempo de crisis, una decisión cobarde
con la que Kingsley simpatiza porque, según señala, tenemos muy poca
experiencia siendo invadidos de repente.
"Mira, no sabemos
cómo reaccionaríamos si nuestro país fuera ocupado por fuerzas extranjeras, por
lo que es difícil juzgarlo. Estamos llenos de estos principios y lealtades,
pero en última instancia, o bien comes o no lo haces. Mucha gente tiene que
comprometerse. Mi personaje simplemente se está uniendo a lo que cree que es el
futuro". Contemplar la "muy ambiciosa" industria cinematográfica de Ulster lo
anima considerablemente. Dice que Northern Ireland Screen, la agencia que ayuda
con los fondos de Queen's Theatre, Belfast Film Festival y que parcialmente se
encuentra pagando Our Robot Overlords, se está "esforzando verdaderamente". Y
añade: "Aquí tienes una industria que está decidida a trabajar, por lo que es
un buen lugar en el que estar. Nadie es perezoso, nadie da nada por sentado,
hay mucho entusiasmo. Realmente quieren hacer que funcione y hay una gran energía
en torno a ello. Adentrándose en el creciente impacto de CGI en el negocio del
cine, Kingsley muestra una sorprendente falta de arrepentimiento y una voluntad
de avanzar al paso de los tiempos. Se puede esperar que un actor de la vieja
escuela, que ha realizado papeles tan de alto perfil como Gandhi y Otto Frank,
esté completamente en contra del concepto de los efectos especiales. Pero de
hecho, afirma haber encontrado una manera de navegar en esta nueva y potencial era
desorientadora en su favor. "Soy un actor reactivo que ama trabajar con otros
actores, pero ahora todo es CGI", dice.
"Creo que se
trata de ser minimalista. Haces lo menos posible y el público de encarga de
hacer una gran parte del trabajo por ti. Mi actuación es tan sutil y mínima,
que el público se convertirá en mi narrador. El peligro con los efectos
especiales es que el actor podría estar tentado a sobre compensar porque no
nada allí. Lo que tienes que hacer entonces, es no explicarle la escena al
espectador, sino contarle la historia". Visiblemente cambiando de humor, mientras
que afuera continua el aguacero, el actor de 69 años (quien, de cerca,
realmente parece 20 años más joven) sigue reflexionando sobre el avance de la
tecnología: "Llegaron a la Luna con menos de lo que hay ahí (señalando su
Smartphone), lo que es extraordinario. Ha habido numerosas películas
recientemente en donde una inteligencia artificial toma el poder,
y creo que esa es una reacción a la rapidez con que las cosas avanzan en ese
sentido."
Su coestrella
Anderson, se ríe por no entender "la diferencia
entre 3G y Wi-Fi" y sobre "apenas haberse convertido en parte del mundo
de Twitter" También comenta que a menudo la "altera el tema acerca del acceso a
la información y la seguridad de la información. No podemos mantener un control.
Incluso con teléfonos y computadoras, las cosas que antes pensábamos que
estaban seguras, nos estamos enterando ahora de que la gente también puede
invadir esa privacidad. Cuando todo se mueve a esa estratósfera se pierde la
ilusión de control. Me parece un poco inquietante. Siento que estoy perdiendo
el control". Ya vimos que se relaciona con facilidad con los actores jóvenes;
Sin embargo, ¿qué hay de Kingsley? ¿Su mera presencia alguna vez ha intimidado
a sus jóvenes contrapartes de pantalla?
"No, no lo creo. Me
he dado cuenta que hay algo muy interesante sobre la naturaleza de los niños
actores", replica. "Su honestidad y su falta de juicios. No me gustaría que me
envejecieran o acorralarlos en una esquina o tratarlos de forma diferente, así
que en mi mente no hay ningún ajuste por hacer. Después de expresar que posee "recuerdos completos" cuando reflexiona sobre los personajes
que ha interpretado en su carrera, dice: "Soy capaz de recordar la
experiencia de interpretar un personaje y la forma en que se sentía
químicamente. Para mí, cada personaje es como un sabor diferente en la boca,
así es como los defino. Y sí, algunos personajes se adhieren dentro
de mi caja torácica más que otros, pero todos tienen un lugar en mi corazón". De
regreso con la película en la que actualmente está involucrado, Kingsley admite
no haber entendido del todo el mensaje principal o el significado de Our Robot
Overlords, habiendo estado en filmaciones solamente por un par de días, pero
nos ofrece este resumen: "Los robots no poseen empatía, por lo
tanto no tienen sentimientos de culpa o de compasión y no se puede razonar o
racionalizar con ellos. Por lo que existe este rostro en blanco del enemigo, en
lugar de algo que se pueda entender, lo que es muy alarmante. Creo que será una
película muy agradable, y a su vez muy conmovedora". Y una vez más regresa a la
idea que parece fascinarle: "Y, por supuesto, se basa en el terrible dilema de
estar bajo ocupación, de lo que no sabemos absolutamente nada". Con eso, se
agota mi tiempo en el tráiler. Hay un momento incómodo en que no puedo abrir la
puerta, con Kingsley bramando desde adentro: "¡Ja!¡Es una trampa!" Y luego, más
amablemente, "sólo tira la manija y luego empújala hacia atrás."
De regreso en el
corazón de la cantera, la hora del almuerzo se ha terminado para Anderson y compañía.
Se dirigen hacia el mismo lugar para filmar la escena de la mina por enésima
vez, ilustrando cuán poco glamour se
ha requerido para hacer la película hasta ahora. Hay una confianza tranquilizadora en el
equipo de producción, sin embargo, de que Our Robot Overlords, se convertirá en un éxito de
taquilla, y están contentos con su decisión de venir a esta remota parte de
Irlanda del Norte en lugar de utilizar un estudio sin rostro. Que estrellas
como Anderson y Kingsley estén dispuestos a prestar su considerable talento y
energía al proyecto y que Northern Ireland Screen esté dispuesta a inyectar
presupuesto en este tipo de esfuerzos, sólo puede ser
tomado como un buena señal. Puede que todavía no sea el nuevo Hollywood, pero
el futuro de la industria del cine de Ulster luce ciertamente brillante.
Nota: Para seguir de cerca el desarrollo de las filmaciones de Our Robot Overlords, asegúrense de seguir su cuenta oficial en Twitter: @Robot_Overlords.
Nota: Para seguir de cerca el desarrollo de las filmaciones de Our Robot Overlords, asegúrense de seguir su cuenta oficial en Twitter: @Robot_Overlords.
Articulo Original: Belfast Telegraph.
Fuente: Hispanicbusiness.com.
Traduccion: EGA.
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