Gillian Anderson habla sobre The Fall con la revista Haper's Bazaar UK para su edición del mes de marzo de 2013.
De Regreso al Caso
De Regreso al Caso
Por Sophie Elmhirst.
Fotografía por Roger Erickson.
Gillian Anderson
interpreta a una enigmática detective en
la nueva miniserie de suspenso de la BBC, The Fall.
En la pared del hotel Zetter en Clerkenwell hay una pintura monocromática de una mujer pálida de cabello negro. Ella viste un vestido de gala encorsetado, que de la cintura para abajo, se convierte, en una elaborada jaula para pájaros. Mira siniestramente hacia al espectador, mientras sostiene una daga en el aire. Le comento a Gillian Anderson – quien está sentada frente a la pintura, rubia y delgada en unos jeans negros y una camisa de seda azul – que me da la sensación de que la mujer sería exactamente la clase de papel atormentado que ella interpretaría. "Estás absolutamente en lo cierto", dice, radiante.
En la pared del hotel Zetter en Clerkenwell hay una pintura monocromática de una mujer pálida de cabello negro. Ella viste un vestido de gala encorsetado, que de la cintura para abajo, se convierte, en una elaborada jaula para pájaros. Mira siniestramente hacia al espectador, mientras sostiene una daga en el aire. Le comento a Gillian Anderson – quien está sentada frente a la pintura, rubia y delgada en unos jeans negros y una camisa de seda azul – que me da la sensación de que la mujer sería exactamente la clase de papel atormentado que ella interpretaría. "Estás absolutamente en lo cierto", dice, radiante.
El abismo entre Anderson,
de 44 años, y los personajes que interpreta frente a las cámaras bordea lo
cómico. Ella es aclamada por interpretar mujeres afligidas y serias: la escéptica Dana Scully de rostro indescifrable (The
X-Files), la altiva Lady Dedlock (Bleak House), la espectral Miss Havisham
(Great Expectations) y ahora la elusiva detective Stella Gibson en The Fall,
el nuevo drama de la BBC. Pero en persona, ríe frecuentemente, y encuentra
comedia incluso mientras ordena un café. Pide, con mucha precisión, un café Americano descafeinado con leche entera fría, y cuando el
tazón con leche semidesnatada llega, va hasta la barra a suplicarle a una
mesera que ordeñe una vaca y le traiga la diferencia.
El personaje de Stella
inevitablemente generará comparaciones con Scully, el papel que posicionó a
Anderson en los corazones de los devotos de la ciencia ficción alrededor del
mundo. Después de una acogida a los dramas de época, está de regreso en el
presente, investigando un caso – no de extraterrestes, sino de un asesino en
serie (interpretado espeluznantemente por el ex modelo Jamie Dornan) en Irlanda
del Norte. Ver a Anderson en modo detective de quijada tensa se siente
confortablemente familiar, pero para ella es un territorio nuevo: "Son muy
diferentes, Scully era bastante anticuada". Señala que nunca podríamos haber visto a
Scully despojada de su ropa interior a horcajadas sobre un policía,
como Stella lo hace en el primer episodio. Este es el retrato de una mujer moderna y compleja – mientras que
Scully, dice, era curiosamente anticuada. Stella no tiene que estar a las sombras
de un compañero. Anderson pasa sus dedos a través de la mesa gesticulando,
quizás, el aspecto más frustrante de su carrera en The X-Files: Scully
permanentemente dos pasos detrás de Mulder, el protagonista.
Aún así es difícil
despojarse de Scully. Si has interpretado un papel icónico temprano en tu
carrera, este puede acecharte durante años. En aquel momento, la única forma en
la que Anderson podía lidiar con la atención era distanciándose del mundo: "Si me
detenía lo suficiente como para pensar en ello, su enormidad habría sido demasiado
para tolerar". Recuerda haber visto un anuncio para las cajas coleccionables de
la serie con su rostro en ella: "Parte de mi cerebro, decía, 'Conozco a esa
persona'". Pero era una versión remota de sí misma, y fue sólo después de que
la serie concluyera, cuando pudo ver que "Era otra persona... Que fui capaz de
decir, 'Wow, eso fue genial en verdad y fui parte de ello. Bien por mí.'"
Anderson huyó de la fama
regresando a Inglaterra, donde vivió cuando era niña. Es una Londinense apasionada,
orgullosa de su humor con gusto británico y en posesión de un acento inglés muy
preciso. "Cada día me siento agradecida de vivir en esta ciudad... caminar por cualquier calle y poder escuchar 10 idiomas diferentes mientras pasas entre la gente. Asombroso". La historia y arquitectura de la ciudad también la dejan asombrada
– mira hacia la ventana a través de un Clerkenwell Road empapado por la lluvia,
y señala una placa en lo alto de una puerta de entrada como si fuera la cosa
más bella que jamás hubiera visto, y se vuelve hacia a mí para contarme sobre
los barcos Chinos que se congregaron en el Thames hace cientos de años. "¡Fue
extraordinario!"
El entusiasmo eléctrico
de Anderson tiene otra cara de la moneda: está obsesiva y exhaustamente
ocupada. Su vida es planificada con meses de anticipación, sus días son un
frenesí de correos electrónicos y compromisos que en su mayoría, según comenta,
le dan la extraña sensación de carecer de
sentido. Ella es el "completo opuesto" de la calmada y controlada Stella. "Aspiro a estar tan satisfecha conmigo misma como ella lo está. Lo que sé es
que mi ocupado horario oculta algo... por la razón que sea, en verdad encuentro
difícil relajarme". No está relacionado con su regreso a la soltería (Anderson
recientemente se separó de su pareja, el empresario Mark Griffiths, padre de
sus dos hijos, Oscar de seis años y Felix de 4) "Creo que simplemente es así cómo soy... Siento como si acabara de llegar a un punto en donde casi lo consigo".
En su mente, una vida
ideal, es una con más tiempo: tiempo en el pasaría creando su propio trabajo,
cuidando de sus hijos (también tiene una hija mayor, Piper, con su primer
esposo Clyde Klotz), y trabajando por causas benéficas más allá del espiral de las
fundaciones, que "que no representan ningún
sacrificio". Su dedicación a las buenas obras – para organizaciones tales como
Neurofibromatosis Association y Artists for a New South Africa – es formidable,
pero pronto se vuelve claro, que Anderson lo hace todo a máxima potencia. Desalentada,
por ejemplo, por su falta de habilidad para retener información, contrató un tutor ("Soy muy apasionada sobre algunas
cosas y tengo mucho que decir, pero no necesariamente puedo respaldarlo y eso me
aterra") Empezaron con la Revolución Rusa y continuaron hasta el siglo XX,
rellenando los vacíos dejados por la secundaria, cuando ella estaba "en otro
planeta". Pero sus hábitos rebeldes de antaño regresaron: "No hice mi tarea."
Me agrada cómo suena la
Anderson adolescente – años perdidos viviendo en Grand Rapids, Michigan. Era
una impulsiva devota de las tiendas de artículos de segunda mano, vestida en calzas rasgadas con botas de hebillas, con vestidos tres tallas más grandes sujetos a su
cuerpo con cinturones ("era ese estilo desaliñado, gótico y punk") Hoy en día
su abordaje en la moda es similar, aunque un poco más costoso. Hace un par de
años, el día anterior a los Bafta, conoció a William Banks-Blaney, propietario
de WilliamVintage en Marylebone. No tenía nada que ponerse, así que se detuvo
en su tienda y se enamoró. "Me probé un par de vestidos y literalmente sentí
como si nunca antes hubiese experimentado lo que es vestir un vestido de verdad... Desperté al mundo del de la alta costura, o al mundo de tomar prestado trajes de alta costura". Aún así, insiste en que no tiene idea de cómo
embellecerse a sí misma, y que redujo a la histeria al equipo de The Fall
cuando intentó arreglar su cabello para una escena y se quemó el cuello con la
secadora. "¡Incluso había practicado en el trailer!"
Este es otro de los seductores distintivos británicos de Anderson: el fino arte de burlarse de sí misma. Puede que no sea
controlada o siquiera contenida, pero está a un mundo de distancia de la mujer pintada
en la pared que blande una daga.
The Fall se estrenará en BBC Two en la primavera.
Artículo Original: Harper's Bazaar Magazine.
Scans gracias a: Laudanum via Anderson Daily.
Traducción: EGA.
Gracias por la traducción, y también por tu blog, constantemente lo estoy revisando.
ResponderEliminarMuy buen artículo, sale un poco de las mismas preguntas y anécdotas de siempre (de adolescente rebelde y cosas por el estilo).